Rejas para su seguridad

El uso de las rejas para su seguridad es de larga data, los romanos la denominaban “regula” y los italianos “grato” del latín “porta regía”, se concibió como una barra recta de hierro o madera que servía para proteger las ventanas o puertas. Las rejas de barrotes fueron la primera forma de reja que se registra; se usaban para proteger las ventanas de los palacios, los conventos, las capillas y las iglesias; además, de las ventanas de los lugares que custodiaban delincuentes y vagos. También, fueron usadas para separar espacios, como por ejemplo el coro y altar, de allí que las dimensiones podían variar de acuerdo a las necesidades. A partir del siglo XI las rejas comenzaron a tener detalles, lo que le daban un sentido decorativo muy particular, dependiendo a qué lugares iban destinadas. Un hecho importante en este siglo, fue el sudo de la soldadura tradicional o a caldas (consistió en sobreponer dos hierros en brasa y cuando comenzaban a fundirse se sacaban y con la ayuda de un martillo se presionaban hasta su unión). Formas en espirales, fitomorfas (flores, hojas), zoomorfas (animales) y geométricas hicieron de las rejas, desde ese siglo, un elemento estético importante más allá de su función de protección. El hierro se consolidó como el material básico para su elaboración, pues la técnica del forjado, hizo de la herrería una actividad mucho más importante, pues ya por la producción de armas era reconocida y valorada. La rejería fue una de las expresiones de los movimientos arquitectónicos góticos y renacentistas, en los cuales los barrotes circulares y cuadrados se convirtieron en delicados balaustres con repujados en dorado y plateado. El uso de la fundición, de los remachados, las grapas, y de las soldaduras por gas, ya en el siglo XIX, hicieron de la herrería una actividad fundamental en la fabricación de rejas tanto para puertas como para ventanas, siendo estas últimas las que mayor expresión artística ha tenido por la vistosidad, decoración y diseño, siendo algunas consideradas obras de arte y patrimonio material de la humanidad. Sin importar la época, las rejas para ventanas tienen tres partes: el cuerpo, llamado bastidor, marco o armazón en el cual se despliegan las barras de hierro, aluminio o acero que le darán orden a la reja. El coronamiento es la decoración que se coloca en la parte superior del cuerpo de la reja, algunos modelos repiten el adorno en la parte inferior para que tenga armonía; aunque su uso, generalmente, es opcional. Y el soporte, elemento de apoyo de la reja, en forma de garfios; en la actualidad se usan diseños pequeños sin tanta decoración como antes.